lunes, 29 de septiembre de 2014

Bici crítica con la BUCCANEER Gosth Rider

Empezamos la andadura de la bici crítica de Septiembre como siempre, en el norte de Madrid. Desde la Vaguada empezamos camino hacia plaza de castilla con nuestra flamante y nuevecita Bucaneer Gosth Rider de color negro recién salida del horno, tal cual nos la ponen en las manos los chicos de Citicleta.

La primera sensación es espectacular, la línea de esta bicicleta no tiene nada que ver con lo que se ve por la calle. Su estilo “custom” y un aire a las antiguas motocicletas Indian de principios del siglo pasado nos hace pensar que estamos ante una moto más que ante una bicicleta.

Los detalles en cuero acentúan esa sensación y queremos subirnos a dar un paseo con ella y .. dejarnos ver!

La posición de conducción es cómoda, aunque a mí personalmente me hubiera gustado entretenerme un poco elevando la altura del manillar, aunque como salimos con la hora justa no hubo tiempo de preliminares.

Lo primero que notamos es que sus dimensiones engañan, parece más grande de lo que en realidad es, aunque es bastante ancha por el manillar que luce. El tacto de los mandos es preciso y el cambio es realmente cómodo.

Ponemos el contacto y arrancamos. Es una sensación extraña subirte a una bicicleta y darle al contacto.

El cuadro de cristal líquido se enciende y como la tarde está cayendo el faro se ilumina automáticamente. Dispone de un sensor de luz que activa o apaga el faro y el cuadro de mandos en función de la luz ambiente, lo que yo no he conseguido tener hasta que compré mi último coche! La luz que da es muy coherente e ilumina eficazmente a unos metros por delante de la bicicleta, no se trata solo de que nos vean, también hace su función a pesar de sus pequeñas dimensiones.

Nos ponemos en marcha rumbo a la primera pequeña prueba de hoy, la cuesta que sube desde avda de la ilustración por Ginzo e Limia, salimos por piernas escopetados de la rotonda y …. el motor empuja con suavidad al principio y con energía medio segundo después para lanzarnos a una velocidad sostenida de 25km/h toda la cuesta. Aunque paremos en el semáforo, arrancar nos costará poco ya que el motor detecta el pedaleo y entra en funcionamiento rápidamente, simplemente hay que meter la relación de cambio más larga y…. mantener el pedaleo cómodamente sin apretar la marcha, el motor hará todo el trabajo por nosotros con eficacia.

Ir por el tráfico es relativamente cómodo ya que los coches están más pendientes de “eso que va delante” que no de ir a machacar al ciclista, lo cual es un alivio.

Antes de llegar a Plaza de Castilla por avenida de Asturias (el motor te deja mirar a los lados y relajarte con el paseo cuesta arriba) sufrimos una avería… el timbre se ha atascado… tendremos que ver que ha pasado, pero es que realmente nos gusta abusar de su uso, nos parece divertido por su sonido “antiguo” de bicicleta.

Llegamos a Plaza de Castilla y a partir de aquí todo es cuesta abajo hasta Cibeles. El camino entre los coches no es un camino de rosas, pero con la Gosth Rider no es complicado llegar a primera línea de semáforo, aunque las bicicletas “especialistas” en ciudad lógicamente tienen más cintura en esas lides.

La cuesta abajo me permite sondear los límites de velocidad de esta bicicleta, y su desarrollo te permite alcanzar rápidamente los 30 y 35 km/h que para esta bicicleta de 30kg de peso está más que bien, ¡recordar siempre que es una bicicleta de paseo!. Velocidad máxima alcanzada, 38Km/h…
que yo viera!

Llegamos a Cibeles y nos mezclamos con el pelotón, estático en ese momento.

Nos ponemos en marcha.. despacio, muyyy despacio y nos acordamos de René Lavand, el famoso mago manco amigo de Tamariz con su “no se puede hacer más despacio”… la Gosth pesa, y a muy baja velocidad no es la mejor opción para ir haciendo “virguerías” en parado intentando no poner pie en tierra, aunque se comporta muy neutra y aguanta el tirón incluso con un ciclista poco hábil en las lides del trial como yo.

La Rider tiene dos frenos de disco que pueden parecer de capricho, pero realmente se empiezan a valorar cuando bajando hacia Matadero y a velocidades cercanas a su límite (por desarrollo) tienes que tirar de la maneta con energía. La bicicleta pesa, y el ciclista (en este caso un cincuentón gordete como yo) pesa más, de manera que se necesita un freno contundente. La Gosth tiene dos frenos muy bien dimensionados, muy dosificables y que no se agotan en el circuito urbano.

La frenada es muy de moto nuevamente, sus grandes neumáticos y la suspensión de trapecio delantera te permiten apoyarte en la rueda delantera sin límite, por lo que a pesar de sus dimensiones puedes hacer apuradas realmente curiosas.

Llegados a Matadero viene la gran prueba… volver al norte, con todo el camino cuesta arriba. Delicias hasta Atocha, cuesta con pendiente, larga y perfecta para comprobar cómo se comporta el propulsor de 250w.

Empezamos en una marcha muy alta, en el PAS 5 nos empuja nuevamente al máximo legal de 25km/h, sin titubeos llega a su máximo rápidamente y ahí mantiene la marcha uniformemente a lo largo de toda la cuesta. A estas alturas la batería está llena, o al menos el indicador del cuadro nos da una gran noticia.

Llegamos a Atocha y no conformes con esta subida, enfilamos por la calle Atocha hasta Sol, atravesamos por Montera y nos vamos a Chueca a… ¿reponer fuerzas?...A estas alturas ni siquiera he sudado!... la bicicleta y el camino realizado no nos han sometido a ningún ejercicio violento y llevamos una distancia recorrida bastante apreciable.

Dos (o tres) cervezas después retomamos camino y subimos hacia Cuatro Caminos por Santa Engracia a ritmo, no podemos ir siempre a tope porque hay uno en el grupo que va con una minivelo mecánica, que aunque es ligera y muy rápida, el hombre tiene que dar pedales como un loco para poder seguir el ritmo alto que imponen esos 25km/h. Nuestro regulador nos permite administrar el empuje del motor en 5 velocidades, desde 15Km/h en PAS 1 hasta 25Km/h en PAS 5 de forma que es relativamente sencillo encontrar un PAS que nos permita ir “a rueda” de cualquier otro ciclista con el que compartimos el paseo.

Aprovecho que Santa Engracia y algún tramo de Bravo Murillo son una ligera cuesta arriba para probar sin ayuda eléctrica y la Gosth es fácil de empujar a ritmos de 12 – 14 km/h, por encima de ese ritmo el peso total penaliza y hay que esforzarse, lo bueno es que siempre podemos enchufar el motor y si tenemos algo de prisa, correr más sin tener que ser Induráin.

Los neumáticos que equipa la Gosth son “moteros” a tope y tienen un tacto d
e goma blando, aunque el hinchado que hemos realizado es quizá excesivo para el confort se muestra muy eficaz para una “tumbada” esporádica.

Tumbar con la Bucaneer Gosth Rider es muy parecido a hacerlo con una moto. La trazada a velocidad es perfecta y transmite muy fielmente el terreno que pisas, los neumáticos están muy dimensionados para el peso y velocidad que podemos alcanzar y el control en curva es completo… solo tienes que tirar la bici y disfrutar como un crio!

Llegamos al punto de partida en la oficina de Citicleta, poco antes de las doce, hemos recorrido unos 20km por la noche en la ciudad y sinceramente podríamos haber seguido porque el cansancio es cero, hemos dado pedales en el llano (poco llano que hay por Madrid) y cuesta abajo para ir más deprisa, pero cuesta arriba prácticamente no nos hemos estrenado.

Antes de apagar el contacto, vistazo a la distancia recorrida, tiempo invertido y estado de la batería… lleno!... la pedalada asistida es un invento que te permite dosificar el consumo ya que cuando la bicicleta alcanza la velocidad establecida por el PAS el motor deja de accionar, por lo que permanece grandes tramos de recorrido sin consumir energía de la batería. En el caso de esta noche, todo el recorrido desde Plaza de Castilla hasta Matadero es cuesta abajo y el motor prácticamente no entra en funcionamiento más que en un par de repechos (y si quieres que así sea, también puedes pedalear por tu cuenta) y la subida es tan rápida y “gestionable” que realmente en muchos casos el motor deja de empujar en muchos tramos porque se mantiene la velocidad sin problema.

En resumen. Paseo muy divertido por Madrid en una bicicleta sobre la que todo el mundo se da la vuelta para mirarte y en la que lo bonito no está reñido con lo funcional y mucho menos con la diversión a tope siempre desde la filosofía de la bicicleta, pasear…. Pero a veces y en la ciudad, a un ritmo alto de marcha, que por su estética no esperarías de esta bicicleta.

Me gustará ver cómo se comporta en trayectos largos y sin paradas donde las velocidades de crucero son importantes y donde la autonomía de la batería se ve más comprometida por la continuidad en el esfuerzo del motor. Próxima prueba, Madrid – Tres Cantos – Colmenar Viejo.


OSKAR MZG

3 comentarios:

  1. me gustaría saber donde puedo ver la bici y si puedo probarla

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    1. En citicleta on line (www.citicleta.es), puedes contactar por teléfono o correo para coordinar la visita

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  2. Muy bien Oscar, me ha parecido muy interesante tu relato y lo que cuentas de la bicicleta. Estoy deseando verla en persona y si me convence...

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